Salpimentamos el salmón. En una sartén a fuego medio-alto lo hacemos por ambas caras dejando el centro sonrosado, no es necesario mucho aceite ya que el salmón aporta su grasa.

Cocinaremos el salmón aproximadamente minuto y medio o dos por cada lado, dependiendo del grosor. Reservamos.

En la misma sartén añadimos un poco más de aceite y rehogamos el diente de ajo picado con un poquito de romero, incorporamos la cebolla troceada antes de que tome color y una pizca de sal. Cuando la cebolla esté transparente agregamos el chorrete de vino blanco y dejamos evaporar el alcohol.

Disolvemos la miel y la Maizena en el zumo de naranja. Incorporamos a la sartén y dejamos reducir un par de minutos. Introducimos el salmón en la salsa y lo cocinamos dos minutos más. Rectificamos de sal.

Si la salsa se volviera muy densa diluimos con un poco de agua, zumo de naranja o caldo de pescado

Rallamos la cáscara de naranja en el último momento.