Si el molde no es de silicona hay que engrasarlo, bien con mantequilla o aceite de girasol, pero muy poco y colocamos los trozos de piña escurrida -pero no tires el jugo de la piña- esos serán el adorno de la superficie.

Haremos un caramelo con el azúcar y unas gotas de agua. Cuando esté hecho se vierte en el molde. Una vez que pierda calor se reserva en el frigorífico donde estará mientras seguimos con la receta.

Separamos el jugo de la piña dejándolo en un plato hondo donde también echaremos el ron. Troceamos el resto de la piña, serán unos 100 gr más o menos.

Batimos la piña troceada con el queso, quedará una pasta consistente, yo no he puesto azúcar porque me parece que con los bizcochos es suficiente, pero si te gusta más dulce, le puedes poner ahora, también ponemos unas gotitas de colorante amarillo, pero esto es más estético que otra cosa.

Sacamos el molde del frigorífico, mojamos un bizcocho en el líquido de piña y ron -pero con cuidado, apenas lo mojamos porque no queremos que se deshaga- lo colocamos encima de las rodajas de piña que habíamos puesto.

Seguimos con una capa de crema: ponemos la mitad de la crema que hemos hecho extendiéndola bien.

Otra capa de bizcocho y el resto de crema, terminando con una de bizcocho. Lo cubrimos con papel film y se guarda en el frigorífico hasta el día siguiente.

Y lista para tomarla muy fresquita, bueníiiiiiiiisimo.

ESPERO QUE TE GUSTE.