Empieza pelando las habas haciendo presión con los dedos gordos sobre el punto donde notemos que está dentro de la vaina. Apretamos hasta que la vaina se rompe y cuidado porque, a menudo sale la haba disparada. Repite la misma operación hasta vaciar la vaina y luego a por otra. Es un poco entretenido pero están buenísimas y, en mi caso, me transporta a mi infancia cuando mi hermana y yo ayudábamos a mi madre, en la cocina a pelar habas o guisantes.

Ve poniendo las habas en un plato, por si ves alguna que esté fea sacarla fácilmente, y cuando tengas unas cuantas las puedes echar a una olla. Cuando ya las tengas todas peladas vamos a preparar el condimento: Pon un trozo de butifarra negra cortada en 4 trozos. Pon también chorizo cortado en trozos gruesos. El chorizo lo puedes poner picante o dulce, a tu gusto. Pon un trozo de panceta ibérica. Quita la piel y pártela en tiras de un centímetro, más o menos.

Y ahora limpia las cebollas tiernas. Córtales las raíces, quítales la primera piel, corta la parte más verde y ábrelas por la mitad o en 4 trozos si son muy grandes. Si no encuentras cebolla tierna fina puedes poner cebolla tierna normal pero no cebollas secas, no dan el mismo sabor. Ponlas en la olla.

Limpia los ajos tiernos del mismo modo que las cebollas. Y para dentro. Y no podemos olvidar la menta que es uno de los ingredientes estrella de este guiso. Pon tres o cuatro ramitas dependiendo de lo grandes que sean. Enjuágalas con agua… Y ya sólo te falta añadir el tomate triturado, el coñac, el anís y el agua.

Sacude bien la cazuela para que se mezclen los ingredientes. No remuevas con la cuchara porque sino las habas se te desharían. Tápalas y ponlo a fuego no muy alto para que hiervan con ritmo pero no a tope. A partir de que hiervan, déjalas 20 minutos intentando destapar lo menos posible y ya estarían listas.