Con la crema de yema de la receta vinculada os sobrará bastante para otra preparación. Y para este bracito, con 300ml de leche para la crema pastelera del relleno hay suficiente. Solo hay que hacer la regla de 3 para hacer esa cantidad 😜.

Para hacer la lamina de bizcocho lo primero que hacemos es precalentar el horno a 190° antes de nada. Así coge la temperatura correcta cuando metamos la masa.

También camisamos el molde de lamina con aceite desmoldante. Han sido dos de mis mejores adquisiciones para repostería 🤣: el molde y el aceite.

En la amasadora con las varillas blanqueamos bien los huevos y el azúcar. Tiene que triplicar el tamaño.

Luego añadimos el aroma de vainilla.

Fuera de la amasadora ya añadimos poco a poco en varias veces la harina tamizada y la vamos integrando con movimientos envolventes con una lengua o espátula. Hasta que quede una masa lisa.

Así en caliente, enrollamos el bizcocho por la parte más estrecha con el trapo y todo.

Dejamos enfríar totalmente.

Volvemos a enrollar pero esta vez sin el trapo.

Podemos dejarlo un tiempo en la nevera envuelto con el trapo una vez formado.

La alisamos con una espátula y quemamos con un soplete dejando una línea superior sin quemar. Ponemos algunas almendras laminadas tostadas en esa línea, así quedarán mejor pegadas.

Dejamos 1 hora en la nevera y a la hira de servir espolvoreamos un poco de azúcar glass si os apetece para decorar y listo.