Para nuestra bechamel. Lo primero sería hacer un Roux blanco mezclando en partes iguales la mantequilla y la harina de trigo en un cazo hasta lograr integrar bien ambos ingredientes.

Desglasamos con 1 chorrito brandy (Lo del brandy es un toque personal y os recomiendo, está muy rico). Y luego seguiremos moviendo hasta tener una mezcla homogénea.

Incorporamos la leche tibia preferiblemente, bajamos el fuego, movemos constantemente de manera envolvente hasta que logremos una textura espesa y fluida con mucha densidad y condensación (Perdonen la terminología culinaria, pero es nuestro idioma 😊)

Por último añadimos la sal y la nuez moscada a nuestro gusto, reservaremos en un bol y nos pondremos con nuestra lombarda.

Para nuestra lombarda, primero necesitaremos escaldar la lombarda previamente picada en juliana en agua hirviendo 30s y seguidamente cortaremos la cocción en agua fría. Esto permite la inactivación de las enzimas, lo que hace que conservemos su color y se cuezan justo al dente.

En un sartén salteador o soutè añadiremos un chorrito de aceite de oliva, la cebolla picada en brunoise, dejaremos que cristalice la cebolla y posteriormente añadimos la lombarda picada en juliana y tapamos a fuego bajo.

Pasados 5 minutos, añadiremos el ajo cortado en láminas, los arándanos y las pasas (Todo a tu gusto). Dejamos 5 minutos más y emplatamos en una cazuela de barro o cerámica.

Añadimos por encima la bechamel y el queso parmesano rallado a tu gusto para luego llevar al horno durante 5 minutos a 180•c