Poner la leche en un cazo con la corteza de limón, (sin la parte blanca) y el palito de canela. Llevar a ebullición 1 minuto, apagar el fuego, tapar y dejar reposar 10 minutos.

En un bol, poner el azúcar, añadir la harina tamizada y mezclar bien para que no se hagan grumos.

Cuando hayan pasado los 10 minutos de reposo, colar la leche, volver a ponerla en el cazo, añadir la mezcla de azúcar y harina y colocar a fuego suave sin parar de remover con las varillas hasta que se forme una crema ligeramente espesa, pero menos que unas natillas. Apartar del fuego, tapar y reservar mientras se hacen las tartaletas de las bases de los pastelitos.

Engrasar 12 moldes de flanes, (sin cápsula de papel) meter la base de hojaldre y adaptar con los dedos al fondo y a las paredes dejando una altura de unos 3 o 4 centímetros.

Precalentar el horno a 240 grados.
Rellenar las tartaletas dejando medio centímetro hasta el borde para que la crema no se salga al hornearse.

Con el horno bien caliente, cocer los pastelitos durante 15 minutos. Sacarlos del horno y esperar 10 minutos a que enfríen un poco y desmoldar.

Se comen templados. Si se guardan hasta el día siguiente, cuando se hayan enfriado del todo, poner en una caja metálica y antes de comerlos, precalentar el horno a 200 durante diez minutos, apagar el horno y meter los pastelitos 5 minutos.
Se pueden espolvorear con azúcar glas y canela.
A disfrutar! 🤗