Primero triturar las galletas, mezclar con la mantequilla derretida y presionar en el molde de forma pareja. Las galletas pueden usarse solo en la base del cheesecake o también incluirlas en el borde. Hay que enmantequillar bien el molde y de ser necesario ponerle papel encerado.

Una vez preparada nuestra base de galletas, tener el queso en un bowl a temperatura ambiente (se deja atemperar fuera de la nevera o se pone a 15 segundos en el microondas). Se le agrega el azúcar y se mezcla a mano de forma suave para que nuestra mezcla no se llene de aire y el postre se nos vaya a romper en el horno o al desmoldar. Luego integramos los huevos uno a uno; seguidos la vainilla, limón, pizca de sal y por último la harina ya mezclada con la leche.

Vertemos la mezcla en nuestro molde con fondo de galletas, y colocamos en el horno ya precalentado. Metemos a 180º C a baño María por unos 60 minutos o hasta que el centro esté casi cuajado. El agua para el baño María se debe verter hirviendo.

Cuando pase el tiempo de horneado, dejar atemperar dentro del horno. Luego tapar el postre y refrigerar hasta el otro día.