En un bol o directamente en la mesada, poné la harina, la cúrcuma y la sal. Hacé un hueco en el centro, agregá los huevos junto con el aceite y empezá a unir todo desde el centro hacia los bordes.

Andá haciendo en serie. Estira todas en el nro más alto y así hasta llegar al más bajo. En mi caso, al pasar por el nro 3, corté cada plancha en dos para que no quede tan larga.

Cortá las cintas del grosor deseado. Si lo hicieras a mano, enrollá cada plancha de masa desde los dos extremos más largos hacia el centro (como si hicieras palmeritas) y cortá con una cuchilla.

Dejalos orear o secar colgados o estirados sobre una rejilla (de esta forma, van a quedar más lindos una vez cocidos) o simplemente apoyados en la mesada (así van a quedar con ondas al cocinarlos y no van a secarse del todo) y listo! Podés freezarlos o consumirlos en el momento. No los pongas en la heladera ya que la masa va a empezar a ablandarse.