Lavaremos los higos o las brevas de pende de lo que hayamos comprado, (sin el rabillo), y junto con el azúcar lo pondremos todo en una olla a calentar a fuego medio y sin dejar de remover hasta que el azúcar se haya derretido por completo.

Una vez se haya derretido muy bien el azúcar con la ayuda de la batidora de brazo lo trituramos todo hasta que nos quede una pasta, para volverlo a poner al fuego otra vez, también a fuego medio y sin dejar de remover esperaremos a que hierva, que será el momento en que se habrá terminado nuestro trabajo.

Cuando ya la tengamos lista la pondremos en el interior de unos botes que ya tendremos preparados para tal fin. Mejor si son de cristal y con la tapa blanda (de plástico), los llenaremos hasta arriba, los cerramos y les damos la vuelta para dejarlos enfriar.

Una vez los botes estén ya fríos a temperatura ambiente, les volvemos a dar la vuelta (los ponemos al derecho) y los podemos guardar en el interior del armario de la cocina.

NOTA: ¿Por qué botes con la tapa blanda?, porque ayuda a salir el aire del interior y así la mermelada no se hará mala.