Un poco de jengibre y ajo y una sosa sopa se convierte en un plato semanal. Es algo picante y aromática, y gusta a grandes y pequeños. Yo la hago con caldo de pescado y queda fabulosa. #menúsemanal

Inspirada en la variedad de sopas que he descubierto en mi último viaje a los Balcanes y un arroz con marisco caldoso con el que perdí el sentido en Cascais, Portugal, he hecho esta sopa. También por mi pobre marido que le encanta el bacalao y nunca, nunca le hago nada con este pescado porque no es de mis favoritos. Deliciosa y calentita. Se acerca el intenso frío o eso dicen, en esta parte de Europa, España el buen tiempo aún se impone. Probadla, chuparos los dedos y ya me diréis.

En estos días de frío apetece algo calentito nada más llegar a casa. Hago 2 litros y guardo en la nevera para ir tomando durante la semana.

Es una sopa muy ligera, fácil de prepararla, no tiene ni pisca de grasa. Conviene a todos los que cuidan su salud o el peso, ya que contiene pocas calorias. Oh, casi olvido, esta requísima...

Hoy había dorada para cenar y he pensado hacerla de forma distinta a como la había hecho otras veces, que era al horno o a la plancha. Como, además, ahora apetecen las sopitas, me he decidido a hacerla así. Muy simple pero muy rica.

Utilizaremos el caldo de pescado que habremos preparado el día anterior, la receta la tengo subida. El pan tostado usado para espesar el caldo, es a gusto de cada uno, a mí me gusta cremoso. Es mejor tostar pan de sobra las primeras veces para cuando trituremos añadir más si queremos espesarlo aún más.

Es una sopa perfecta, muy fácil para hacerla con restos de pescado, yo lo hago después de la compra de un salmón entero, y queda espectacular!

Durante todo un invierno mi madre me fué dictando sus recetas y yo las escribí en una carpeta con toda la ilusión del mundo.La carpeta, con el uso está bastante deteriorada pero siempre que la hojeo recuerdo aquellas tardes frías, sentadas las dos en la mesa camilla, al calor del brasero, charlando sobre cocina.Dejemos las nostalgias y sigamos con la sopa.En Jaén, por aquella época, a las chirlas se les decía almejas y a la almeja como tal, no se la conocía. Venían unas almejas grandes rosadas, de la costa granadina, que mi madre a veces compraba para ponerlas al vapor, en tapa , con una cervecita o vinito. Fué ya al casarme y venirme a vivir a Madrid cuando me sacaron del error respecto a este tema. Sin más, aquí está la sopa de "almejas ", como la llamaba mi madre.

Hay veces que voy a la pescadería y me dan las cabezas y espinas centrales de lo que pedí y con eso hago la sopa, que lo van a tirar y a mí me lo pesaron!!! Jajaja

Es una sopa para comer frecuentemente, ya que no tiene pescado caro y se puede hacer a menudo

Sopa de otoño fácil y sana

Si quieres hacer una sopa sana y muy natural, te aconsejo que la pruebes, ya verás como no la vas hacer una vez solamente. La receta de ésta sopa la hacía mi madre mucho las noches de invierno, pues es sencilla y muy agradable de sabor.