Paella valenciana

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Santiago de Compostela

Al César, lo que es del César, y en el caso de la paella, la valenciana se lleva la palma.

En Galicia es difícil encontrar una paella bien hecha (y con ésto puedo cabrear a más de uno), ya que aquí gusta el arroz meloso, caldoso, y a la hora de añadir ingredientes, van todos los que parezcan de especie animal.

Así que, más que una paella, esta mezcolanza se convierte en un arroz con todo. A mí, personalmente, no me gusta la mezcla de pollo o conejo con calamares o cigalas. Pero oye, para gustos colores, y en este caso, platos.

Esta que os presento es la receta típica de la paella valenciana, la cual tuve el placer de probar por primera vez en la playa de la Malvarrosa, donde me llevó la que ahora es madrina de mi hijo, valenciana ella.

Las cantidades de agua y arroz, en la paella clásica, se miden respecto a los remaches de las asas de la paella (también se llama así el recipiente en el que se hace, y no paellera, como muchos tendemos a llamar). En mi caso, dado que la paella es moderna y no tiene estos remaches, daré cantidades exactas.

En cuanto a los ingredientes, sólo hay uno que no he incluido, que es el garrofón, o también llamado pallar, habón, judía de Lima, haba de Lima, poroto pallar o guaracaro (todo esto lo acabo de aprender de la wikipedia). No porque no me guste, sino porque es difícil de encontrar de buena calidad en estas latitudes.

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Ingredientes

  1. 500 grscarne de conejo y pollo (preferiblemente zancos)
  2. 150 grsjudías verdes
  3. 1 cucharadapimentón dulce
  4. 300 grstomate rallado (natural, hecho en casa)
  5. 1 chorroaceite de oliva virgen extra
  6. Unashebras de azafrán
  7. 1 vasoy medio de arroz
  8. 4 vasosagua

Paso a paso

  1. 1

    En la paell (que así se llama el recipiente), pondremos el chorro de aceite de oliva y un poco de sal (para evitar que salte la carne al pasarla por el fuego).

  2. 2

    Poner la carne y dorarla bien, con el fuego alto.

  3. 3

    Una vez que esté la carne dorada, pondremos las judías limpias y sin los filamentos del borde en un lado de la paella y el tomate que habremos rallado en el otro lado. En este caso sí que se nota la diferencia con el tomate en bote. Pondremos en una esquina el azafrán, para que se caliente un poquito.

  4. 4

    Dejaremos unos minutos, a fuego medio, que se hagan, tras los cuales añadimos el agua y el pimentón. Subimos el fuego y dejaremos que se cocine todo junto durante 20 minutos.

  5. 5

    Probamos la sal, echando más en caso de que haga falta. Añadimos el arroz de forma que quede todo sumergido en el agua y dejaremos que se haga a fuego medio durante 18 minutos. Es muy importante no remover absolutamente nada en este paso.

  6. 6

    Pasado ese tiempo, apagamos el fuego y dejamos reposar 5 minutos. Se sirve intentando que en cada plato vaya un poco de socarrat. Para quien no lo sepa, es una capa tostada que se hace en la cocción del arroz que tiene un sabor exquisito. El arroz no llega a estar quemado, sino simplemente tostado. Se puede servir con un poco de limón. En su día me parecía extraño eso de echar limón a la paella, pero os puedo asegurar que le da un sabor delicioso. Bon profit

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén

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Santiago de Compostela
Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas.Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano.Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-.Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar.Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
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