Después las escurrimos y las salpimentamos. Las pasamos por harina y las marcamos en una sartén con un buen chorro de aceite muy caliente. Queremos dorarlas por fuera y que no se hagan completamente por dentro para que queden luego más jugosas.

Cuando se hayan pochado y las veamos más blanditas, las cubrimos con vino tinto. Yo he usado un poco menos de media botella. Si invertimos en un vino tinto que no sea de brick, ¡la receta quedará mucho más sabrosa! Dejamos que hierva a fuego fuerte para que el alcohol se evapore.

Cuando veamos que ha reducido, la verdura tendrá el color del vino y ya no sabrá a alcohol, añadimos agua o caldo de ave, el suficiente para que cuando incorporemos la carrillada quede cubierta de líquido.

Pasado ese tiempo, sacamos la carne y trituramos el resto para hacer la salsa.

Juntamos la salsa y la carrillada otra vez y si queremos la salsa más espesa dejamos que hierva un poquito a fuego medio. ¡Y listo! Riquísimas con arroz o patatas fritas 😋