Pon la mantequilla a temperatura ambiente en un bol y bátela un par de minutos. Sin dejar de batir, añadir cucharada a cucharada el azúcar glas. Cuando esté toda añadida, bate 2 minutos más para integrar.

Ahora añade el huevo, previamente batido, y sigue batiendo hasta que esté completamente integrado. Incorpora la leche y la esencia y bate hasta integrar. Por último ve añadiendo la harina sin dejar de batir hasta que esté toda integrada. No mezcles en exceso. Lo justo hasta ver que no hay harina suelta.

Vuelca la masa en la mesa de trabajo o encimera y termina de amasarla con las manos. No debe ser una masa pegajosa. Ahora divídela y dos partes y una de las partes devuélvela al bol y añade el colorante o cacao en polvo. Bate hasta que se haya integrado completamente y la masa sea de un sólo color.

Para formar las galletas en espiral, coge aproximadamente la mitad de la masa de cada color. Estira entre dos papeles de hornear la masa sin color y apártala. Ahora haz lo mismo con la porción de masa teñida. Coloca la plancha de masa teñida sobre la masa sin teñir.

Pon encima papel de hornear y vuelve a estirar de un grosor aproximado de 6 mm. Retira el papel de arriba y corta la masa en un rectángulo (los recortes no los tires, déjalos a un lado). Ahora enrolla como si fuera un bracito de gitano. Envuelve en film y llévalo a la nevera al menos una hora.

Con los bordes que nos han sobrado haremos la masa marmolada. Para ello amontona los recortes. No los amases. Pon los recortes amontonados entre dos papeles y estira con un rodillo (grosor aprox. 6 mm). Esta masa ya está lista. Ahora refrigérala también al menos una hora.

Con el resto de masa que tenemos, que son la teñida y la de vainilla, también las estiramos separadamente y entre dos papeles y refrigeramos.

Con las masas ya frías ahora sólo toca darles forma y hornear. El rulo de espiral que habíamos hecho al principio ya se habrá endurecido y así nos será más fácil cortarlo. Sólo hay que cortar rodajas como si se tratara de un salchichón e ir colocándolas en una bandeja de horno forrada con papel. Hornéalas a 160ºC con calor de arriba y abajo. 15-17 minutos (recuerda que el horno debe estar precalentado). Vigila que no se doren, de esta manera mantendrán el color vivo.

En el caso de las redondas que van con dos colores, es simplemente coger un cortapastas más pequeño para sacar el corazón interior y este corazón ponerlo en el interior de otra galleta del color contrario. Al hornearse quedarán sellados pareciendo una única galleta.

Recuerda que una vez horneadas, debes enfriarlas sobre una rejilla y listas para regalar o disfrutar.