Comenzamos elaborando la masa. En un bol ponemos la harina y hacemos un hueco en el medio como si fuera un volcán.

En el hueco echamos el agua, la levadura y una cucharada de aove y dejamos así 3 minutos.

Añadimos la sal al gusto y las hierbas y amasamos con las manos hasta que no quede pegajoso y formamos una bola.

En otra fuente echamos otra cucharada de aceite, ponemos la bola que habíamos creado y la embadurnamos.

Tapamos la bola con papel film y dejamos reposar al menos una hora en un lugar seco y cálido, hasta que doble el tamaño.

Precalentamos el horno a 220°C con calor abajo.

Cogemos la masa y la estiramos con un rodillo (si se pega mucho ayudaros de un poco de harina), le damos forma y la ponemos en una bandeja de horno que estará cubierta con papel vegetal o papel de horno. *Truco: si aún no tenemos mucha habilidad, podemos dar la forma encima de la propia bandeja con las manos por ejemplo.

Echamos un poco de aove en la masa y metemos 2 minutos al horno.

Sacamos del horno la masa. Añadimos los ingredientes que queramos que tenga la pizza. En mi caso he añadido: tomate frito, luego queso rallado, después el queso de cabra, la mozzarella cortada en rodajas, el jamón de york y finalmentr la chuleta de cerdo cortada y sin hueso.

Meter en la parte de abajo del horno a 220° durante unos 15 minutos o hasta que veamos que la masa está doradita y a nuestro gusto. Si vemos que la chuleta o algún otro ingrediente sigue crudo, podemos cambiar el horno y poner el calor arriba y abajo.

¡A disfrutar recién hecha!