Cortamos las frutas en trocitos pequeños. En un bol grande añadimos el yogurt, el AOVE (utilizando el vaso de yogurt como medida (1 vaso) y el azúcar de caña (2 vasos). Mezclamos bien (yo lo hice con una varilla manual ya que no tengo eléctrica 😒), el azúcar suele hacerse grumos, cuando estos desaparezcan añadimos la levadura tamizándola con un colador. No dejamos de mover la mezcla!!!!💪🏼

Añadimos los huevos, seguimos moviendo y poco a poco vamos añadiendo los ingredientes que previamente hemos cortado en trocitos (manzana, plátano y pasas, yo en mi caso he rallado la zanahoria) y la ralladura de limón. Nota: el puñadito de pasas lo dejé a remojo toda la noche para que estuvieran "jugosas" y no fueran un "tropezón seco 😁)

Cuando ya tenemos todo bien mezclado y el brazo como Popeye 💪🏼, empezamos a añadir poco a poco 3 vasos de yogurt de harina de avena integral tamizada, ayudándonos una vez más con el colador.

Cuando la mezcla ya es homogénea y no tienes ni un solo grumo (que no sea la fruta, claro) la volcamos en un molde especial para horno previamente untado con un poco de AOVE.

Machacamos la onza de cacao 91% (yo la metí en una bolsa de plástico y le fui dando golpecitos con el mazo de mortero), esparcimos las virutas por encima de la mezcla y metemos al horno (previamente calentado durante unos 15 minutos a 200°)

Lo dejaremos dentro unos 40-45 minutos (controlando desde fuera que no se queme y sin abrir el horno, ya que eso hará que el bizcocho pierda tamaño). Una vez pasado este tiempo lo dejaremos dentro del horno unos 10 minutos, luego lo sacaremos y dejaremos reposar otros 10. Pasado este tiempo, desmoldamos el bizcocho en un plato grande, con cuidado de no quemarnos y no romperlo) y decoramos con unas fresas. ¡¡Listo!! ¡¡Ya tenemos nuestro esponjoso bizcocho listo para comer!! 😋🍰