Vamos a utilizar dos boles diferentes. Uno para los ingredientes secos y otro para los húmedos. En un bol grande, que será en el que luego quede nuestra mezcla de tortitas, incorporamos la harina, la levadura, el azúcar y la sal. Movemos con un tenedor para que se mezclen bien los ingredientes.

En un bol diferente, batimos los huevos y añadimos la mantequilla previamente derretida (con unos 10 segundos en el microondas es suficiente) y la esencia de vainilla. Removemos.

Incorporamos los ingredientes húmedos al bol donde tenemos los secos y con la ayuda de una varilla los mezclamos.

Añadimos la leche y batimos con las varillas. NO MUCHO, porque si no, las tortitas pueden quedar duras. No importa que queden grumos, luego no se notan nada.

Ponemos una sartén antiadherente a fuego medio, (mi vitrocerámica tiene 9 temperaturas, yo la pongo al 5 o 5 y medio) y añadimos directamente un cucharón de la mezcla de tortitas sin extender. No es necesario poner aceite ni nada porque la mantequilla que tiene la masa y la antiadherencia de la sartén evitarán que se pegue.

Cuando aparezcan burbujas en la parte superior (después de unos 40 segundos más o menos) es el momento de, con una paleta y con cuidado, darle la vuelta a nuestra tortita. Dejamos que se dore durante unos 30 segundos y servimos en un plato aparte.

Repetimos la operación con el resto de la mezcla hasta que se termine. Como acompañamiento podéis poner miel, sirope del sabor que os guste, nueces, fruta... Eso ya a vuestro gusto. 😋 ¡Y a disfrutar!