En una olla grande poner un chorrito de aceite, calentar y agregar la costilla salada previamente. Dorar por todos lados.

Cuando la costilla esté suficientemente dorada, reservar y añadir al mismo aceite el pollo salado previamente. Dorar durante unos minutos y luego reservar.

Añadir a la olla la cebolla cortada en cuadraditos pequeños y sofreír hasta que se vuelva transparente.

Mientras se van sofriendo los diferentes elementos aprovechamos para pelar las patatas, zanahoria y judías verdes. Cortar en trozos pequeños

Cuando la cebolla esté sofrita, añadimos la carne, rehogamos y cubrimos todo con agua o caldo de ave, si tenemos, hasta tres cuartos de la capacidad de la olla.

Ahora hay que ir añadiendo las verduras según sea su punto de cocción. Primero a la olla fría añadimos las judías verdes, ponemos a fuego medio y tapamos. Cuando comience a hervir podemos bajar a fuego bajo.

Cuando lleve 10 minutos hirviendo, podemos añadir la zanahoria y dejar otros 10.

Transcurrido estos 20 minutos, podemos añadir la patata y dejar otros 10 minutos hirviendo.

Mientras lavamos y troceamos el brócoli

Añadimos el brócoli a la olla y dejamos otros 10 minutos hirviendo a fuego bajo y tapado.

Añadir los garbanzos ya cocidos y escurridos y apagar el fuego.

Por último, probar de sal y añadir si hiciera falta. Podemos añadir hierbas o Pimentón al gusto.

Dejar reposar la olla tapada y con el fuego apagado. Puedes hacerla por la mañana y recalentar en el momento de servir. Así concentraremos los sabores y será más potente. En este caso (y en el nuestro), añade un puñado de arroz y deja hirviendo 10 minutos para que se cueza y será un plato completísimo.

Está demostrado por nutricionistas lo que nuestras abuelas ya sabían: legumbres como el garbanzo junto con un cereal como el arroz son una combinación excelente por su calidad proteica ya que los aminoácidos que aportan son complementarios.