El origen del jitomate, o tomate rojo, está en los Andes peruanos, aunque su cultivo se debe a los antiguos aztecas muchos siglos antes de que Hernán Cortés lo trajera a España. De la primera salsa de tomate de la que se tiene conocimiento, ya habló el fraile franciscano español Bernardino de Sahagún, que vendían en el mercado de Tenochtitlan una salsa hecha con tomate, pimientos, cebolla y chiles, aunque de Méjico, pasó a España y de ahí, a Italia a través del cocinero Antonio Latini, (también mayordomo de Esteban Carrillo de Salcedo, miembro del gobierno de Nápoles y amante del tomate) que publicó la primera receta con tomate de la historia en su libro "El mayordomo moderno" en 1692. Esta receta es "salsa di pomodoro alla spagnola", que parece ser ya se consumía en España, aunque no se había publicado aún en ningún recetario, ya que desde principios del siglo XVII hasta mediados del XVIII, no se publicó ningún recetario culinario en nuestro país.
La receta que publica Latini, es la siguiente:
«tomar media docena de tomates maduros y ponerlos a asar en las brasas, y cuando estén chamuscados quitarles la piel con cuidado y picarlos finamente con un cuchillo. Agregar tantas cebollas finamente picadas como se desee; chiles picantes también picados y una pequeña cantidad de tomillo. Después de mezclar todo, añadir un poco de sal, aceite y vinagre según sea necesario»
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