En primer lugar pondremos 30 gr. de gelatina neutra en polvo en un bol junto con 120ml. agua y dejaremos reposar 10 min.

Mientras tanto en un bol grande mezclaremos 350 ml. leche calentita con el queso crema y 400 ml. leche condensada. Debe estar caliente, sino, se os harán grumos de gelatina y no cuajará.

Pasados los 10 min., la gelatina neutra se habrá convertido en una especie de esponja. Lo metemos al microondas 15 segundos escasos y se derretirá. Entonces la verteremos sobre la mezcla de leche, volveremos a batir y colocaremos por 2 horas en un molde de silicona.

Esta parte es importantísima. Al ser de silicona se puede desmoldar después muy fácil. Por otro lado, será importantísimo que untemos bien de aceite el molde para que no se nos pegue.

Una vez hayan pasado las dos horas, iremos separando la gelatina de leche condensada de las paredes. Que veamos que se despega bien. Forzamos un poco volcando la gelatina un pelín para ver que por abajo también va despegándose.

Ahora prepararemos la gelatina de fresa (o del sabor que hayais elegido). Para ello pondremos en un bol 2 sobres de gelatina de fresa Royal y añadiremos 750 ml. agua caliente. Removemos y dejamos enfriar. Este paso es muy importante. Sino está bien fría, derretirá nuestra gelatina de leche. Por lo que os aconsejo dejarla hecha y que se vaya enfriando mientras la otra gelatina está en la nevera cuajando.

Con un cucharón vamos a ir vertiendo la gelatina de fresa por las orillas del molde, despegando bien la otra gelatina, y por abajo. La gelatina interior ha de flotar literalmente sobre la otra gelatina de fresa. Después por arriba vamos echando también cucharones de gelatina de fresa. Y a la nevera por cuatro horas más.

Pasado este tiempo, intentaremos ir desmoldando con cuidado la gelatina de las paredes. Y le damos la vuelta rápido.