Albóndigas de cazón

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Santiago de Compostela

Normalmente asociamos el cazón al adobado, que lo bordan en el sur. Pero hay múltiples formas de prepararlo. Desde marmitako hasta estas albóndigas.

Además, lo bueno de esta receta es que es de las que se pueden dejar preparadas de un día para otro, o bien se pueden congelar para tomar en cualquier momento. Nada fácil con el pescado, aunque de vez en cuanto os intento dar alguna idea de este estilo.

Hay que comer pescado, eso lo sabemos todos, pero la complicación de introducirlo en nuestra dieta diaria acaba relegándolo a ocasiones especiales o fines de semana.

Por eso, y ya desde hace tiempo, os propongo recetas de las de dejar preparado de un día para otro, para que ya no haya excusa para esto del pescado.

En este caso, partiendo de la base de la receta de cazón en adobo, he hecho estas albóndigas, que “mal que en mis labios suene”, como decía mi bisabuela, están de vicio.

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Ingredientes

50 minutos
6 raciones
  1. 0.5cebolla
  2. 500 grscazón
  3. 1 cucharadacomino
  4. 100 grsmiga de pan
  5. Leche
  6. Sal
  7. Harina
  8. Aceite
  9. Ingredientes para la salsa
  10. 0.5cebolla
  11. 1zanahoria
  12. 0.5pimiento verde
  13. 1 vasovino blanco
  14. 1 sobreazafrán molido (¡ni se os ocurra usar colorante!)
  15. Vasoy medio de agua
  16. Aceite

Paso a paso

50 minutos
  1. 1

    Limpiamos el cazón retirándole las espinas.

  2. 2

    Picamos la cebolla muy fina y la sofreímos en aceite a media temperatura durante unos minutos, hasta que se vuelva transparente.

  3. 3

    En un plato hondo pondremos la miga de pan con leche (mejor si está a temperatura ambiente o algo templada). Dejaremos que se empape bien la miga.

  4. 4

    Mezclamos el cazón con la cebolla, la miga escurrida, el comino y la sal.

    Picamos todo hasta que quede una masa.

  5. 5

    Hacemos unas bolas de tres centímetros de diámetro, aproximadamente, y las pasamos por la harina.

  6. 6

    Freímos las bolas en abundante aceite hasta que se doren por el contorno.

  7. 7

    Retiramos las albóndigas ya hechas a un plato con papel absorbente.

  8. 8

    Hacemos la salsa. Para ello pondremos en una cacerola un poco de aceite y echamos la cebolla, zanahoria y pimiento verde.

  9. 9

    Pasados 5 minutos agregamos el vino blanco y el agua. Subimos la temperatura para que hierva durante 5 minutos más.

  10. 10

    Agregamos el azafrán y la sal y pasamos por la batidora la salsa.

  11. 11

    En la misma cazuela en la que tengamos la salsa añadiremos las albóndigas. Dejaremos que se hagan con la salsa durante otros cinco o diez minutos, para que cojan el sabor.

    Se pueden servir con arroz en blanco.

    Buen provecho

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén

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lacocinademinia.es @lacocinademinia
Santiago de Compostela
Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas.Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano.Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-.Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar.Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
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