Lo primero que debes hacer es picar la coliflor en crudo. Igual que cuando vas a preparar un arroz de coliflor salteado, pica la coliflor en tu robot de cocina sin que se llegue a formar una pasta, tienen que quedar trocitos pequeños que se noten al masticar.

Una vez cocida, déjala enfriar, en 10 minutos estará a temperatura ambiente. Debe quedar cocida, pero no blanda, debe estar suelta.

Cuando esté fría, aliña la coliflor con un poco de vinagre de arroz, échalo encima como si aliñaras una ensalada y remueve para que todo el arroz de coliflor se impregne de sabor.

Puedes añadir una pizca de sal, para mí no es necesario porque la salsa de soja es muy salada y cuando mojes el maki antes de llevártelo a la boca ya le va a aportar el punto salado que necesita.

Haz el rollito ayudándote de la esterilla, aprieta bien y procura que te quede uniforme. Si al ir a cerrar el rollito, hay arroz de coliflor sobrante en el extremo, retíralo, y con los dedos mojados en la mezcla de agua y vinagre, moja el borde y cierra el rollo, quedará perfectamente pegado.

Deja reposar los rollitos entre 5 y 10 minutos en la nevera, para que cojan un poco más de consistencia y córtalos en trocitos más o menos iguales, de 1 cm o de 1 cm y medio. Si tus cuchillos no son como los cuchillos japoneses súper afilados, usa un cuchillo que tenga sierra, y haz un movimiento continuo al cortar, ¡nunca presiones hacia abajo, puedes destrozar el rollito, no lo aplastes!

Coloca tus makis en una bandeja bonita, pon salsa de soja en un pequeño recipiente, y si eres fan del jengibre y del wasabi pues sírvelos para acompañar. Saca tus palillos y disfruta, te van a sentar genial, yo los acompañé de un trozo de atún fresco a la pancha, una combinación muy recomendable. ¡Espero que te gusten! 🙂