El primer paso, es tener paciencia para el lavado de nuestras almejas, que no nos suelten esa detestable arenilla, por lo cual, cogemos un bol amplio, llenamos de agua y un buen puñado de sal, metemos las almejas, y cada 10 min, hacemos el mismo procedimiento cambiando el agua, pero OJO 👀!! 💢

💢nunca volquéis el bol ! Metemos las manos y con paciencia vamos sacando las almejas a puñaditos, sin revolver el agua y una vez fuera tiramos el agua y hacemos lo mismo, puede parecer una lata, lo es 😂 pero de verdad que es la mejor manera de no encontrar esa odiosa arenilla al comertelas 💢

Una vez limpias !!! Jejej en una cazuela/sartén, ponemos un fondo de aceite de oliva, picamos los ajos y reservamos un pequeño puñadito, que los utilizaremos al final, y el resto a la cazuela, le damos un par de vueltas y añadimos nuestras almejas!

Le añadimos, la guindilla, y el vino, salpimentamos al gusto, ojo ! Cuidado con la sal, no nos vayamos a pasar, que recordar que antes hemos estado dándoles un buen baño con ella, es mejor poner poca al principio y después corregir. Y tapamos, hasta que las almejas estén totalmente abiertas, en unos 5 min, ya deberían estar, si las dejamos más, se nos pasarán y quedarán chiclosas, el fuego medio-alto.

Una vez destapemos y veamos que están abiertas, picamos el perejil fresco y se lo incorporamos al igual que los ajitos que habíamos reservado. Y listo ! Fácil, fácil, pero ricas ricas ! 😉😉🤤