Primero hacer la base de la tarta y para ello triturar las galleta, una vez trituradas reservamos para la decoración 2 cucharadas y media. El resto de galletas la mezclaremos con la mantequilla previamente derretida hasta tener una textura de arena mojada.
Volcar en el molde y aplastar e igualar por toda la base, debe quedar bien lisa. Reservar en el frigorífico.

Poner a hidratar la gelatina en agua fría unos minutos. Separamos en un bol pequeño unos 100 ml de nata que calentaremos en microondas unos segundos. Una vez caliente escurrimos bien la gelatina y la disolvemos en la nata, reservar.

En otro bol más grande, recién sacado del congelador junto con las varillas, poner el resto de la nata que tiene que estar bien fría y batir hasta casi montar.
Cuando la nata esté casi montada añadir la ralladura de limón, mezclamos hasta integrar, a continuación la leche condensada y seguimos batiendo.

Cuando esté todo integrado incorporamos la nata que tenemos con la gelatina y terminamos de montar, tiene que quedar una textura muy cremosa.

Sacar el molde del frigorífico y ponemos en su lateral una tira de acetato o una tira de papel de horno, nos ayudara a desmoldar mejor y tendrá un aspecto más profesional.
Una vez puesto el acetato, volcamos la crema y alisamos e igualamos.

A continuación, a las galletas que teníamos reservada añadimos la canela y mezclamos bien. Esta mezcla de galletas y canela la repartimos por toda la superficie de la tarta cubriéndola en su totalidad.

Reservamos en el frigorífico mejor de un días para otro. Al día siguiente, desmoldar, emplatar y degustar.

Es un bocado tremendamente delicioso!!! tienes que probarlo y ya estas tardando...