Cuando hierva el agua, echamos la pasta elegida. En este caso hemos elegido pipettes, gallets, coditos o tiburones, como la queramos llamar. Nos gusta porque es pequeñita y es agradable de comer aunque también podemos elegir otras como espirales por ejemplo.

Lo mejor de la ensalada es que le podemos añadir muchísimos ingredientes, por lo que aquí lo dejamos al gusto de cada uno. Así que una vez escurrida la pasta añadimos los que nos apetezcan y mezclamos. Evidentemente los ingredientes grandes como las rodajas de piña o el surimi los cortamos pequeñitos

Aquí viene la segunda elección...la aliñamos tradicionalmente con aceite, sal y vinagre o la acompañamos con salsa rosa. En este caso nos hemos declinado por la segunda, por lo que mezclamos la mayonesa y el ketchup en una proporción de cuatro o cinco a uno aproximadamente.

Ya todos sabemos que ni las mayonesas ni los ketchup son todos iguales, por lo que de su elección depende que el sabor sea más suave o más fuerte. Una vez mezclado, echamos la salsa encima de la pasta y volvemos a remover para que se impregne bien todo.