En un bol grande, añadimos la harina de avena, la levadura química y el bicarbonato sódico con la ayuda de un colador para tamizarlo. Mezclamos bien con un tenedor para que se integren bien todos los ingredientes.

En un bol amplio, mezclamos el azúcar moreno y el aceite.

Batimos durante dos minutos con unas varillas eléctricas. Añadimos los huevos de 1 en 1 (añadimos uno, batimos y añadimos otro y batimos)

Cuando ya tenemos los huevos, el aceite y el azúcar bien integrados, añadimos los 650 ml de leche de almendras. Batimos durante 2 minutos más.

A continuación, agregamos los 250 gr de queso fresco batido, la cucharadita de esencia de vainilla y batimos otros 2 minutos. Reservamos. Con la ayuda de un tenedor, aplastaremos el plátano maduro y la calabaza asada o hervida hasta obtener un puré homogéneo de ambas frutas.

Ahora mezclaremos el puré de plátano y calabaza añadiéndolo a la mezcla líquida que tenemos reservada. Batimos 2 minutos y por último iremos añadiendo poco a poco el bol que tenemos con la harina, la levadura y el bicarbonato. Continuamos batiendo y dejamos reposar la mezcla líquida unos 10-15 minutos.

Metemos esa mezcla en la cubeta de la panificadora y ponemos el programa "pasteles" (en la mía es el programa 8). Este proceso dura 1 hora y 30 minutos. Una vez pite, abrimos la panificadora y dejamos enfriar unas 3-4 horas, sacamos la cubeta y si esta está templada (o no está caliente) la metemos a la nevera toda la noche. Al día siguiente ya estará cuajado del todo y podremos desmoldar sin problema. Preparad las cucharas, una vez empecéis... no podréis parar 🤪🤤🥄 #BuenProvecho