Para empezar, colocaremos una olla a hervir con agua y una cucharada de sal. Cuando comience a hervir, echaremos la pasta y la coceremos al dente según el tiempo del fabricante o al gusto.

Mientras tanto, haremos la salsa pesto. Para ello, colocaremos en una picadora (o mortero) la albahaca lavada, los anacardos, el ajo, 1/2 cucharadita de sal y el aceite de oliva y lo trituraremos todo hasta que se forme una pasta verde.

Cuando la pasta esté hecha, lo colamos (guardamos un poquitín de agua de cocción) y le echamos agua fría por encima para parar la cocción.

En la misma olla, ponemos un chorrito de aceite y a fuego medio-alto hacemos los tomates hasta que se doren un poco, los sacamos y reservamos.

Ahora, en la misma olla también a fuego bajo echamos la salsa pesto, el poquito de agua de cocción, la mantequilla y el queso rallado. Lo removemos hasta que se integren todos los ingredientes y hasta que nos quede la salsa bastante espesa, no tiene que quedar muy líquida.

Cuando tengamos la salsa, echamos en la olla la pasta y removemos hasta que todo quede mezclado. Después emplatamos, echamos unos cuantos tomates encima y si queremos le echamos un poquito más de queso también.

Opcional: Yo a las comidas les suelo echar una cucharada de semillas de linaza molidas por ración para ingerir el Omega 3 necesario al día.

Nota 📝: podéis utilizar cualquier tipo de pasta e incluso gnocchis.