Se lavan los pimientos. Luego se secan y se salpimentan por dentro y por fuera. Precalentamos el horno durante 10 minutos a una temperatura de 180ºC. 

Untamos cada pimiento y los vamos colocando sobre una bandeja apta para hornear. Horneamos 20 mi utos a 180ºC con calor arriba y abajo sin ventilador.  Les damos la vuelta a los pimientos y horneamos otros 20 a 25 minutos. 

Sacamos del horno los pimientos y procedemos al proceso de pelarlas siendo casi obligado esperar a que se enfríen cubriéndolo con plástico o con hojas de periódico. Una vez pelados (cuidando que no queden restos de piel ni semillas) los cortamos a la larga, en tiras, con las manos para que queden desiguales y con aspecto más natural. Colócalos sobre una bandeja adecuada. Salpimenta y añade comino si te gusta.

Corta los ajos en láminas y dóralos en aceite de oliva. Incorpora el vinagre si te gusta. Dale unas vueltas para que evapore un poco. Echa los ajos con el aceite y el vinagre sobre los pimientos. 

Cuando esté frío el guiso abre las latas de ventresca y colócala sobre los pimientos.

Y ya podrás disfrutar de este manjar tan sencillo.

Si no te gusta la ventresca una solución muy interesante son las gambas que puedes fréir al ajillo e incorporar sobre el pimiento en formato tuesta, eligiendo un buen pan con cuerpo suficiente y previamente tostado.