Primero comentaré como hacer la masa para la pizza, yo la hago en la thermomix, primero mezclo la sal, aceite, levadura y agua batiendo al 5, y luego incorporo la harina, lo pongo 1 minuto velocidad espiga (también podéis hacerla al estilo tradicional de siempre si no tenéis thermomix)

Una vez tengamos la masa en el marmol, la amasamos unos minutos, (esto hará que entre aire en la masa y sea mas esponjosa). Luego la ponemos en un recipiente que le sobre espacio ya que la masa tiende a crecer a las horas, la tapamos con un paño húmedo por encima y dejamos reposar como mínimo varias horas (lo ideal es hacerla la noche anterior)

Para extender la masa cada cual tiene sus trucos, aquí poco que explicar, hay quien lo hace con rodillo, otros lo hacen con las manos, la idea es que nos quede rústica y a poder ser con el borde un pelín más grueso.

Vamos poniendo el horno a máxima potencia, y en una bandeja colocamos papel especial para pizzas o papel albal con pizca de harina en la base para que no se pegue.

Extendemos la masa y cuando tenga la forma deseada podemos poner como primer ingrediente en la base, las rodajas de tomate, luego seguimos con las rodajas de berenjena (a mi me gusta ponerlas alternadas porque así los ingredientes quedan más fijados)

El pimiento, cebolla y alcachofas los cortamos a tiras y ponemos por encima al gusto, también las olivas de cuquillo y cuando el horno tenga la temperatura que queremos introducimos

No hay un tiempo exacto, ya que va un poco en función del horno, pero cuando veamos que los bordes de la pizza se van dorando, abrimos el horno y añadimos el orégano, y volvemos a cerrar, dejamos que siga horneando un par de minutos más o menos y retirar, el orégano me gusta que únicamente esté en el horno un par de minutos, lo suficiente para sortar su aroma y no se churrasque.

Antes de servir echamos un chorrito de aceite por encima de la pizza y a comer