Se abre el telón, vemos una mujer abriendo una olla exprés. Coge una espumadera y lentamente extrae un trozo de panceta, un chorizo y... de repente vemos cómo la mujer tuerce el gesto y suelta un improperio que no puedo reproducir en estas líneas. ¡La morcilla se ha explotado! Lejos de desesperarse nuestra atribulada y no obstante avispada protagonista retira los restos de la piel de la morcilla, reserva la carne y calienta una cucharadita de aceite de oliva en una sartén. Añade la carne de la morcilla y un huevo y como si fuera un cóctel para el mismísimo James Bond remueve, que no agita, los ingredientes sin dejar que el huevo cuaje demasiado. Rápidamente tuesta una rebanada de pan de molde y extiende la mezcla con sumo cuidado sobre el pan. ¡Voilá! Un desastre morcillil convertido en una rápida y deliciosa cena.

Aquí estoy de nuevo, entre viejos conocidos, con luz indirecta y, recordando lo acontecido.Sí, el primero, me subrayó tres párrafos y en la página 37, me hizo unas anotaciones —estoy de acuerdo con él—; cada vez que me cerraba, leía la dedicatoria, pero murió. Me trasladaron de aquella estantería donde tantos años de buenos ratos pasé con otros como yo y, terminé con alguno de ellos en la pila colocada al lado del contenedor de basura; pero alguien se acercó y me hojeó, y por mi dedicatoria, me llevó a su casa.Este segundo se acostumbró a doblar las esquinas de mis hojas cada vez que pausaba la lectura y, un día me metió en una mochila y no vi nada hasta que asomé ante un señor que me escrutó de arriba a abajo y, tras leer mi dedicatoria me posó en otro estante, donde mis congéneres no duraban mucho (lo llaman librería de segunda mano).Hace unos meses fui el elegido y la tercera me abrió en plena calle —cuánto bullicio—, tras leer mi dedicatoria, sonrió. Ella me tiene hecho un pimpollo, lleno de notas adhesivas de colores, pero en este nuevo hogar es lo normal, así que me siento integrado con mis colegas carnavalescos. Disculpen mi poca humildad, pero debo ser un fuera de serie, pues seré mencionado en la tesina. Mi tercera y última lectora, lee mi dedicatoria y cerrándome con cuidado me posa en la estantería definitiva.“Para ti, que nunca nada fue suficiente”.#LaVidaDeLasPequeñasCosas

En mi ultimo viaje por el camino de santiago,en atapuerca comimos un bocadillo de tortilla con morcilla.A mi regreso quise ponerla en practica.Espero os guste

Los rollitos típicos son de primavera y se pueden hacer de muchas cosas, en ésta ocasión los he rellenado de una crema de morcilla que espero gusten.

Hace poco me regalaron un libro, en él, el autor da nombre a emociones que todos sentimos y para las que, a veces, no tenemos palabras. Y es que las palabras son algo tan cotidiano —tan nuestro— que no siempre somos conscientes de lo que verdaderamente son. Las palabras nos permiten hablar de las cosas, y cuando las cosas tienen un nombre, cuando podemos encerrar un concepto en una palabra —como el genio en la lámpara mágica—, parece que tenemos cierto dominio sobre ello. Hablar de sensaciones y compartirlas es beneficioso, pero además, si una aflicción tiene un nombre, nos parece menos amenazadora, ya que otros la han vivido antes —lo cual es un alivio— y, además si tiene nombre es porque esa emoción ha sido analizada, y es menos misteriosa, menos confusa.Así Koenig ha creado, por ejemplo, la palabra kairosclerosis: para el momento en que te das cuenta de que eres feliz y tratas de saborear la sensación (a partir del griego kairos: el momento oportuno, y sclerosis: endurecimiento). Zenosyne: para la sensación de que el tiempo pasa siempre muy rápido. Chrysalism: para la tranquilidad de estar bajo techo durante una tormenta, escuchando las rachas de lluvia.Pero de todos modos, me faltan algunos nombres, como es la impresión de que podríamos rebobinar el tiempo unos segundos, para evitar un gesto que acabamos de hacer, una palabra que acabamos de pronunciar…

Si quieres ver la receta en el blog, pulsa aquí:https://vinoymiel.blogspot.com/2013/01/pan-de-morcilla.htmlSi os gusta la morcilla, este pan os va a sorprender por su sabor y textura. Es un pan de lo más recomendable y con muchas posibilidades ya que puede combinarse con gran variedad de platos , para prepararse unas buenas tostas e incluso para acompañar algo tan sencillo pero exquisito como unos huevos fritos.

Es un plato típico de los batzoquis aquí en el pais vasco

Hicimos una torrada la noche antes y sobraron unas pocas morcillas aparte de algo más de carne, podíamos comerlas al día siguiente sin más pero se me encendió la chispa y me decidí a ponerlas como estrella principal en croquetas, la verdad es que a casi nadie le gusta repetir lo mismo al día siguiente y de ésta manera las comemos como si fuese una nueva comida, ya una vez hechas las dispuse en la mesa y esta vez no quedó ni una solaQuedaron tres morcillas, salieron veintiuna croquetas, entre mis comensales y yo éramos siete por lo que tocamos a tres por cabeza.

Las hice para Cristina, una niña de 8 años que la encanta la morcilla de mi tierra... Para ser la primera vez, estaban superior, siempre se pueden mejorar y ahora os lo cuento..

En casa nos encanta la morcilla pero no siempre la hacemos a la sartén o en la barbacoa. Esta receta se súper sencilla y rápida de hacer.#JohnnyCooking #homemade #morcilla #revuelto #huevos

Las familias crecen, tus bebés se hacen mayores y traen a casa a nuevos miembros que te llenan de amor, felicidad y nuevos retos. En mi caso fueron mis nueras las que me abrieron un nuevo concepto de la cocina, la comida vegana 100% y la vegetariana. Con ellas aprendí otra deliciosa manera de comer llena de texturas, sabores e ingredientes. El pasado #sanvalentin preparé este entrante que nos enamoró a todos, espero que lo hagáis y me mandéis fotitos👍🍒#triviumdecocina

Los revueltos están riquísimos, a mi me encantan y lo bueno es que se pueden hacer de mil cosas, este de morcilla es una delicia, tanto como entrante, como para acompañar otros platos.