Lo primero que hacemos es pelar la papa, y cortarla en rodajas bien finitas. Si tienen mandolina, ¡genial! Si no, con un cuchillo bien afilado también va bien.

Acomodamos las rodajas de papa en la base y el borde de la tartera que vayamos a usar. Tienen que quedar bien superpuestas.

Mandar a horno moderado 15 minutos, hasta que se vean doradas.

Mientras vamos con el relleno: picamos el diente de ajo en láminas y las cebollas en juliana. Reservamos.

Además, cortamos las hojas de brócoli en tiritas y los tallitos, (que le dan un toque crocante buenísimo a la tarta) en rodajitas. Reservar.

Por otro lado, cortamos las hojas de acelga en tiritas.

Una vez que tenemos todo picado, en una olla con un poco de aceite caliente (yo usé de coco), ponemos el ajo y la cebolla. Cuando esté apenitas dorado, agregamos las hojas de brócoli con sus tallitos. Tapamos y cocinamos entre 5 y 8 minutos, hasta que las hojas se ablanden.

A esta altura debería haber transcurrido el tiempo de la base de papas en el horno, así que la sacamos del horno (¡no apagar!) y la dejamos entibiar.

Además, cortamos el queso cremoso en cubos, y preparamos la crema, la mostaza y el curry para tenerlos bien a mano.

Cuando las hojas estén más blandas, agregamos las tiritas de acelga. Revolvemos entre 3 y 5 minutos, y cuando la acelga se ablande apagamos el fuego.
Ahora es todo muy rápido: agregamos la crema, la mostaza y el curry. Revolvemos. Incorporamos los cubos de queso cremoso. Revolvemos hasta que se empiece a derretir.

Volcamos este relleno sobre la base de papa. Espolvoreamos con queso rallado y semillas de sésamo. Mandamos al horno hasta que se gratine el queso y se doren las semillas.
¡Bon appetit!