Pela y lamina los ajos y viertelos en la cazuela, los tendrás que mantener como unos 8 minutos. Cuando veas que están doraditos, retiralos con una cuchara y colócalos sobre papel absorbente y reserva.

Si quedan uno trocitos pequeños de ajo, pasa el aceite por un colador, la idea es que los ajos queden tostaditos y crujientes,(como dicen los ingleses crunchy), una vez que descubras esta textura no querras otra. Mantenlos en el papel de cocina cerrado (especialmente si vives en zonas de alta humedad para que no se reblandezcan) y reserva.

Lava el conejo y colócalo también sobre papel de cocina absorbente, y sálalo. simultáneamente habras subido el fuego con el aceite donde hemos frito los ajos. Es este el momento de marcar el conejo (si la cazuela es pequeña hazlo por tandas), dale vueltas a los trozos de conejo para que sedoren por ambos lados.

Cuando estén doraditos añade el vaso de vino blanco, añades la rama de tomilo, la rama de albahaca (si no gusta el sabor de albahaca se puede suprimir) y añades un diente de ajo machacado sin pelar, deja cocer a fuego medio-alto.hasta que el vino se haya evaporado en su totalidad (de vez en cuando remueve los trozos con una cuchara de madera). Una vez evaporado ya está listo (aparta del fuego y déjalo reposar mientras fríes las patatas)

Una vez fritas las patas, pasa a emplatar y es hora de echar esos trozos de ajos fritos encima.