Indico 24 horas de preparación porque la noche anterior prepararemos la esponja con los ingredientes mencionados. Se trata de mezclarlos bien sin necesidad de amasar, hacer una bola y ponerla en un bol, lo tapamos y lo dejamos fermentar toda la noche.

Al día siguiente, procedemos con el resto de la masa. Mezclaremos la esponja con el resto de ingredientes excepto con el aceite. Lo amasamos, en mi caso con un robot de cocina que sirve para amasar este tipo de masas, pero también puede ser con las manos. Se amasa dos veces durante 1 minuto dejando reposar la masa unos 10 min entre las dos tandas.

Ahora si añadimos el aceite en dos veces y vamos amasando hasta que esté bien integrado. Seguiremos amasando igual que antes, se amasa 1 minuto y reposa 10 minutos, lo haremos hasta que la masa esté fina y elástica. Entonces haremos una bola, lo cubrimos y dejamos reposar hasta que doble el volumen.

Las vamos colocando una a una en la bandeja de horno (cubierta con papel vegetal) dándoles forma circular no hace falta amasar demasiado, pero pon harina en tus manos o te será difícil darles forma. Deja espacio entre ellas porqué crecerán.

Ahora mete la bandeja en el horno FRÍO y ciérralo. Déjalo así hasta que veas que dobla el volumen. Con 1 hora tuve suficiente. Si se pegan entre ellas no pasa nada.

Mientras, bate un huevo y prepara el azúcar. Si no tienes azúcar granulado añade al azúcar normal unas gotas de agua de azahar y mézclalo. Pinta los bollitos con el huevo y con esta mezcla. Precalienta horno a 190 grados.

Introduce los bollitos en el horno a 190 grados unos 25 minutos. En mi horno con aire arriba y abajo solo necesitaron 22 minutos, atent@ que esté doradito pero no quemado.

Dejar enfriar y disfrutar!!! En casa volaron y ya me están pidiendo más! Queda una textura irresistible!