Con el horno ya precalentado a 200°C, metemos la fuente y dejamos hornear durante veinticinco minutos con el horno arriba y abajo.

Mientras tanto, cogemos las sardinas y le quitamos todas las escamas bajo un chorrito de agua bajo el grifo. Solo le vamos a quitar las escamas y las dejamos enteras.

Una vez que las tengamos limpias de escamas y bien escurridas, las ponemos en un bol.

A continuación, le añadimos sal con algas con generosidad y mezclamos bien con las manos. La sal con algas, nos sirve para recuperar ese sabor a mar que se pierde cuando le quitamos las escamas y con el enjuague con agua. Yo que mi dieta diaria es de pescado en un sesenta por %, descubrir esta sal hace unos ocho años, y fue mi mayor acierto y desde ese día, nunca faltan un par de molinillos de esta sal en mi despensa de especias y sales.

Seguidamente, reservamos en el frigorífico mientras se nos medio hacen las verduras.

Pasamos los veinticinco minutos, sacamos la fuente del horno con mucho cuidado de no quemarnos las manos.

A continuación, cogemos una cuchara grande y mezclamos las verduras para que se hidratraten las más secas de la capa de arriba.

Seguidamente, colocamos las sardinas bien alineadas para que nos quepan todas encima de las verduras.

A continuación, le añadimos unos hilos de aceite de oliva virgen extra por encima de las sardinas con generosidad.

Seguidamente, metemos de nuevo la fuente en el horno, reprogramamos el horno a 180°C, y dejamos hornear durante unos quince minutos y listo.