Esta receta es muy antigua, se solía hacer con atún, incluso con salsa bechamel. Lo le he dado un toque diferente.

Y seguimos probando nuevas combinaciones y asombrándonos con el resultado final .. y como mi carrera de relevos del ceviche 🏃🏻‍♀️🏃🏻‍♀️ está algo estancada, retomo la iniciativa y le pasó el último testigo a @lacocinadencarni para que busque una receta de ceviche en la comunidad y le mande su cooksnaps, de este modo habremos conseguido que cinco autores hayamos cocinado diferentes ceviches y llegaremos a la meta. (Cuento contigo!! 🤗🥰🤗🥰 )#RelevosCookpad#menúsemanal

Patitas de gallina en salsa

#delantaldorado #yococinoencasa #detemporadasaludablehttps://www.youtube.com/watch?v=A1IK08WWfv4

Con este remojón quiero hacerle un pequeño homenaje a una de mis tres tierras, a la que me vio jugar muchos veranos en mi niñez, y de la que guardo un recuerdo inolvidable Granada, tierra de sueños y embrujo. Es un plato típico de la cocina de Andalucía, por eso pueden variar algunos ingredientes, pero en este caso este remojón, es exclusivo de mi Graná!!!

La semana pasada se entregó el premio Nobel de Literatura 2022, y la ganadora fue: Annie Ernaux. Si soy sincera, nunca había oído hablar de ella; pero lo peor es, que recuerdo, que me ocurrió lo mismo el año pasado con: Abdulrazak Gurnah —que tampoco lo conocía, y es más, ni siquiera me ha dado por comprar un libro suyo —.Me encanta leer, desde que tengo uso de razón siempre he tenido un libro a mano (o varios); pero, sin embargo, conozco a pocos escritores que hayan sido galardonados. Qué desvergonzada soy, hasta lo dejo por escrito. Aunque a mi favor diré que no se puede conocer a todos los escritores contemporáneos del mundo mundial. (Que mala es la culpa).De todos modos, al comprobar los premios Planeta de los últimos veinte años, he podido comprobar que a alguno más sí conozco, pero reconozco que mi cultura literaria está lejos de ser aceptable. (Mea culpa, mea culpa).Parece ser que soy díscola hasta para leer…. Pero y lo que disfruto leyendo…. Y por suerte, el último de Montalbano (Riccardino) me sigue esperando cada noche desde hace poco menos de una semana y, calculé que leyendo sólo tres páginas por noche, aún me queda Salvo para días.

Mi niña quería que le cocinara melón molón, así es como lo llama ella.

Hoy sábado pizza casera para cenar. En mi perfil encontraréis como preparar la masa para la pizza. Aquí os dejo los detalles para el relleno de esta pizza caprichosa con un saborazo. Espero que os guste!

No soy mucho de leer biografías, pero por mi afición —conocida por todos— a la cocina, hoy me dejaron una, que me pareció curiosa, y que me gustaría compartir (de manera muy resumida). La persona en cuestión es: Petrona Carrizo de Gandulfo (conocida por: Doña Petrona), nacida en La Banda, Santiago del Estero y, que enseñó a cocinar a generaciones enteras y se convirtió en un ícono de la cultura popular argentina.Doña Petrona fue la primera influencer de la cocina que revolucionó, sentó cátedra y conquistó a todos con su delantal impecable, su tono firme y su inseparable y silenciosa ayudante Juanita Bordoy, quien danzaba a su alrededor.En 1934, publicó su libro: una enciclopedia culinaria que aún hoy sigue reeditándose. Pero su vida no fue sencilla, huérfana de padre, a los 15 años se fugó para evitar una boda, y un año más tarde se casó por amor, con un hombre 30 años mayor que ella.Primero por la radio, por los libros y finalmente por televisión, Doña Petrona siempre pidió que quien cocínese sus recetas, le contasen cómo le habían salido. (En esos años no había redes sociales, pero ella pedía feedback —se calculó que recibía 400 cartas a diario—). Y es que fue pionera en democratizar la cocina y en mostrar que el saber doméstico también es poder. Su legado no son sólo recetas: es una forma de transmitir amor, orden y creatividad desde la cocina.(Sumamos esta receta a la temática: RevistaCookpad Agosto).#RevistaCookpad

El primer café de este mes de septiembre ha seguido siendo —por fortuna— aún en terraza, en una mesa donde había más conversaciones que invitados. Llegué aún con el sol alto y tras las gafas, el paraíso parecía estar esperándome delante de mí.Además de nuestra mesa, en la terraza había dos más y, una de ellas, resultó ser la más pintoresca. A pesar de las horas, y de las circunstancias —la invasión de turistas sigue aún en el pico alto—, el café, en esa mesa, corría a raudales, quizá fuese porque había dos que lo bebían estilo lengua de perro.En mi mesa, preguntaban a mi anfitriona si no se arrepentía de las travesuras hechas. Ella, tras un largo sorbo a su bebida y tras meditar su respuesta, replicó: “Alguna vez recuerdas algo que has hecho, pero inmediatamente aparece la imagen del coche”. “¿Coche?” Preguntamos varios al unísono. Sonriendo nos explicó que era una buena metáfora de la vida, donde el espejo retrovisor es muy pequeño, pero el parabrisas enorme. Ya que es más importante lo que viene que lo que quedó.En eso pensé, ya en mi coche, en el trayecto hasta casa, aunque esas palabras se me olvidaron hasta después de cenar. Puede que sea porque soy una combinación entre: una niña de 5 años que necesita mucha atención, una adolescente rebelde que toma terribles decisiones y una anciana de 80 años que siempre necesita una siesta.(9º Etapa de la IIª Maratón Cookpad por el Delantal Dorado).#DelantalDorado23#mycoffeetime

#familiarEste fin de semana tenía una cena de amigas y cada una llevaba un plato. Se me ocurrió hacer ceviche de una receta original de Perú que me enseñó una amiga cocinero que viajó allí hacer sus prácticas. El ceviche peruano suele ser con pescado crudo. Yo le di mi toque, lo hice con langostinos en vez de pescado y está delicioso.