Transcurrido el tiempo de horneado, sacamos la bandeja y dejamos templar. Después vamos quitando con cuidado la piel a los pimientos y cortándolos en tiras. En mi caso también saqué la carne de calabaza, que reservé para hacer una crema.

Una vez fríos los pimientos, colocamos en una fuente unos cuantos de ellos. La cantidad variará lógicamente en función del número de comensales. En este caso yo preparé para dos.

Cortamos un cuarto de la cebolla tierna en juliana y añadimos una lata de atún. Yo en esta ocasión no tenía, pero si le ponéis ventresca, o melva, o bonito del norte también le va genial.

Aliñamos al gusto con aove, sal y un chorrito de vinagre y a disfrutar.