Primero entibiamos la leche en el micro, la ponemos en un bol y añadimos la levadura y el azúcar. Dejamos un minuto y agregamos el aceite. Dejamos reposar 10 minutos.

Añadimos la harina mezclada con la sal. Comenzamos a formar un bollo que tiene que quedar tierno y no pegajoso. Si hace falta agregar un poquito más de harina. No lleva casi nada de amasado. Apenas para que quede el bollo liso. De esta forma conserva el aire y quedará bien esponjoso.

En mi caso lo hice en un molde de budín grande de 30x15 cm., le di la forma para ponerlo ahí y ya dejarlo leudar. Lo enharinamos previamente para colocar el bollo. Lo ideal sería dejarlo leudando unas tres horas. Yo lo dejé cuatro porque tenía tiempo. Y creció divino!

Lo llevamos a horno precalentado y cocinamos a 180 grados por 25 minutos más o menos. Hasta que esté dorado y con una costra crocante. Lo retiramos del horno e inmediatamente con un pincel lo pintamos con agua, es para humectarlo y que no quede seco y duro por arriba. Dejamos enfriar un poco y desmoldamos.

El aroma a pan recién hecho que quedó en la casa es delicioso! Que disfruten!

Tip: para conservar por más días se le agrega una cucharada de miel cuando amasamos. Yo me olvidé. Pero no dura ni dos días en casa jajaja!