Comienzas cortando la cebolla y las patatas. Primero fríes un poco la cebolla en una sartén con abundante aceite y seguidamente pones las patatas con un poco de sal. Remueves, tapas la sartén y las cocinas a fuego medio-suave.
Mientras se hacen las patatas vas preparando los pimientos. Tienes que quitar el rabo (reservas) con un cuchillo y retiras con cuidado las semillas de dentro.

Seguidamente rellenas los pimientos con la tortilla y los vas sacudiendo hacia abajo para que caiga hasta el fondo y se llene todo el pimiento. Tapas con los rabos.

Por último, fríes los pimientos a fuego medio-suave hasta que se doren y la tortilla esté cuajada. Los vas dando la vuelta de vez en cuando para que no se quemen. Los retiras y los dejas reposar en una bandeja con papel absorbente.

También los puedes introducir al horno a 180ºC hasta que estén hechos. Si has elegido como yo los pimientos de asar, te recomiendo que los dejes reposar un poco y los peles.
A la hora de rellenar los puedes poner en un vaso para que te sea más fácil.