Para que la base quede esponjosa hacemos un almíbar que será misma proporción de agua y azúcar y un chorro de un licor que tengamos, en mi caso puse licor de caramelo.

Empapamos bien el bizcocho y lo aplastamos para que quede consistente y lo reservamos en el frigorífico.

En un bol que habremos puesto en el congelador junto con las varillas y la nata, montamos la nata y reservamos.

Fundimos el chocolate o bien al baño maría o en el microondas. Si lo hacemos en este último, lo fundimos en intervalos de 30 segundos y removemos.

Ponemos a hidratar la gelatina en abundante agua fría.

Mientras el chocolate se atempera, ponemos la leche a calentar pero sin llegar a hervir.

Disolvemos en ella la gelatina que ya tendremos bien hidratada y que escurrimos muy bien.

Vertemos la leche en el bol con el chocolate y agregamos el azúcar. Removemos hasta integrar todo completamente.

Cuando enfríe, integramos a esta mezcla la nata reservada evitando movimientos bruscos.

Vertemos nuestra mousse en el molde encima del bizcocho y dejamos enfriar en la nevera.

Cuajará en unas 4 horas. Desmoldar con cuidado y decorarla como mejor nos apetezca.