En un cazo ponemos al fuego la nata y el azúcar y llevamos a ebullición. Removemos para que el azúcar se disuelva.

Ponemos en agua fría la gelatina y dejamos en remojo 10 minutos.

Apartamos del calor y añadimos el zumo de limón y la ralladura. Removemos y dejamos reposar 5 minutos.

Pasados los 5 minutos, pasamos la panna cotta por un colador y le añadimos la gelatina bien escurrida. Removemos bien para que se disuelva por completo.

Si le vais a poner trocitos de galleta, este es el momento. Las troceamos con las manos y las incorporamos a la mezcla. Removemos para que se repartan los trocitos.

En seguida repartimos la preparación en copas o vasitos y los llevamos a la nevera para que cuajen. Al menos 3 horas.

Del mismo modo, si os apetece poner la confitura, aquí os dejo la receta. Lavar y trocear las fresas del tamaño deseado. Yo los hice un poco grandes para que se notaran los trozos de fruta.

Las ponemos en un cazo junto con el azúcar y el zumo de limón. Removemos y llevamos a ebullición.

Cocinamos a fuego medio 10-15 minutos. Apartar del fuego. Si no os gustan los trozos de fruta, se puede pasar por la batidora y triturar. Reservamos la confitura hasta que se enfríe.

Una vez cuajada la panna cotta, ponemos encima unas cucharadas de confitura. Y listo!