Mezclamos los huevos y el azúcar

Mezclamos en un bol estos dos ingredientes. Batimos con un tenedor, durante unos pocos minutos. Hasta que el huevo comience a espumar

Seguimos añadiendo más ingredientes
Cuando el huevo haya doblado el tamaño, agregamos el aceite que puede ser de oliva o girasol, a tu gusto, la leche, la esencia de vainilla y la sal. Volvemos a batir hasta que todos estos ingredientes se integren bien entre sí

Es el turno de los ingredientes sólidos
Ahora añadimos a la masa el chocolate en polvo. Lo venden en cualquier supermercado. Después, echamos la harina y la levadura. Estos dos últimos, que estén bien tamizados. Para tamizarlos puedes ayudarte de un simple colador. Los pones sobre él y con ligeros toques, se irán tamizando. Una vez agregados, volvemos a mezclar una vez más, para que de nuevo, se integren bien.

La técnica «secreta»
Es ahora el momento en el que usaremos esta técnica. Ésta, será la que haga que el bizcocho de chocolate quede jugoso de verdad. Añadimos el vaso de agua hirviendo. No te preocupes porque este agua, no va a cuajar el huevo ni nada por el estilo. Al contrario, hará que el bizcocho quede jugoso de verdad. Pruébalo y ya verás. Volvemos a mezclar nuevamente para que se integre en la masa

Introducimos esta masa en un molde
La masa ya está preparada. Ahora la introducimos en un molde, previamente engrasado con mantequilla, para evitar que se pegue. Con estas cantidades, uno redondo de 20cm de diámentro estará muy bien. No obstante puedes utilizar uno alargado también si lo prefieres.

¡Al horno con él!
Introducimos en el horno previamente calentado a 180ºC y dejamos cocinar unos 40 minutos. Pasado este tiempo, lo retiramos, dejamos que se temple un poco, desmoldamos y ¡listo!

LA DECORACIÓN AL GUSTO: yo he derretido una tableta de chocolate con leche al balo maría y de la he echado por encima al bizcocho y la e decorado con bolitas de colores comestible.... Y queda genial.