Vamos a coger los huevos y separar las claras, las vamos a montar al conocido punto de nieve, usando la mitad del azúcar que tenemos para ello.

En un recipiente vamos a ir mezclando la harina con las yemas de los huevos, movemos y seguimos añadiendo la mantequilla, el aceite y por último el azúcar que nos queda, repito que vamos moviendo conforme añadimos ingredientes.

Una vez tengamos una buena masa homogénea le añadimos las claras montadas anteriormente, la leche, el aroma de vainilla y se mueve un poco más.

Precalentamos el horno a una temperatura de 175-180 grados.

Mientras engrasamos el molde que vamos a usar (yo utilizo estos pequeños en forma de huella de mascota y así salen unas 16 raciones) con un poco de mantequilla o aceite.

Volcamos toda la masa en el molde y lo metemos en el horno durante unos tres cuartos de hora, lo sacaremos cuando observemos que está bien hecho.

Por último una vez se enfríen los bizcochitos, calentamos una taza en el micro con unas onzas de chocolate negro (o con leche) durante 1 minuto para derretirlo y así bañar sellando nuestro bizcochito dentro del bol con chocolate deshecho.