Ponemos 350 gr de harina en un recipiente, echamos la sal y mezclamos. Añadimos el agua con la levadura disuelta y removemos con una cuchara. No hace falta amasar, yo lo hago para que se integre todo mejor. Si preferís hacerlo con la cuchara, bien, pero a mí se me da mejor hacerlo con las manos.

De momento, la masa se queda pegajosa. Ahora la taparemos durante 10 minutos con un paño y la dejamos reposar.

Pasados los 10 minutos destapamos, cogemos por los extremos, estiramos, en la medida de lo posible, y doblamos. Volvemos a tapar durante 15 minutos.

Pasados los 15 minutos, volvemos a estirar y doblar. Ahora lo taparemos con film transparente o, si tenéis un gorro de ducha, que he descubierto que es muy útil, se lo ponéis encima y lo dejamos toda la noche en la nevera.

Ha estado toda la noche en la nevera, entonces, ahora, le daremos la forma de barra. Espolvoreamos un poco de harina, sacamos la masa del recipiente, con cuidado porque está pegajosa. Podéis hacer una barra o dos, a mí me gusta hacer dos. Ahora le damos la forma que queramos. Ya os digo que es súper-fácil. Y ya tenemos las dos barras, las ponemos sobre una hoja de papel de horno, lo tapamos y lo dejamos reposar 60 o 90 minutos

Precalentamos el horno a 250ºC, con dos bandejas, en una irá el pan y en la otra un recipiente con agua. La bandeja donde irá el agua, la pondremos vacía también dentro del horno y cuando hayan pasado los 10 minutos de precalentado, echamos dentro de ella el agua. Vamos con el último paso, a mí me gusta hacerles unos cortes, aunque casi no se aprecia y ahora, deslizaremos todo hacia la bandeja del horno una vez esta esté caliente.

Metemos ya el pan y lo dejamos 10 minutos.
Pasados los 10 minutos, retiramos el recipiente con el agua y, ahora, bajamos la temperatura a 220ºC y lo dejamos entre 15 y 20 minutos. El otro día lo dejé sólo 15 minutos y, pese a que quedó tostadito y muy rico, hoy voy a dejar 20 minutos para que quede más crujiente por afuera.

Veganízate!