Se pelan las alcachofas, dejando sólo el corazón y se pelan también los tallos. Se pone agua suficiente en una olla para cubrir las alcachofas, se añade perejil picado para que no se oxiden y se añaden en la olla poniendo al fuego a máxima potencia (6 de 6). Cuando comienzan a hervir, se tapan y se pone en la posición súper rápida (posición 2), añadiendo 4 puñaditos de Sal previamente.

Cuando salte la válvula de la olla, se dejan 8’ y se saca con el escurridor a agua fría (se puede usar la pila puesta con agua fría y hielo). Se pasan a una fuente con papel absorbente y se reserva.

Añadimos el vino blanco y el perejil y seguimos mezclando, subiendo el fuego (4 de 6). Veremos como va cogiendo una textura cada vez más espesa. En ese momento, que serán pasados 4’ en el que el alcohol del vino se habrá reducido, añadimos el caldo para licuarlo (160 g) y después las almejas y tapamos la cazuela. Estamos pendientes de que según se vayan abriendo irlas retirando a un plato.

Terminadas de abrirse todas las almejas, reservamos la salsa y las almejas.

Ponemos una plancha al fuego a máxima potencia (6 de 6) y añadimos A.O.V.E. y esperamos que tome temperatura. Mientras en otro fuego, ponemos la cazuela con la salsa de las almejas a máxima potencia también (6 de 6) y dejamos que se caliente.

En la plancha ponemos las alcachofas que teníamos reservadas y las doramos junto con los tallos. Por otro lado, en la cazuela, una vez que empieza a burbujear la salsa, añadimos las almejas. Introducimos las alcachofas una vez doradas a la cazuela.

Servimos caliente.