Pollo con Gambas

Lo primero que vamos a hacer va a ser descabezar unas 6 gambas de las 10 que tenemos preparadas. Reservamos las colas y salpimentamos el pollo.

En una cazuela en la que tendremos un poco de aceite calentándose, freímos las cabezas de las gambas. Aplastamos las cabezas de las gambas para sacarles todo el jugo y retiramos todos los posibles restos de cáscara.

Doramos en este mismo aceite los trozos de pollo. Si os ha quedado un poco seco, podéis añadir un chorro de aceite pero no mucho que el pollo soltará un montonazo. Retiramos y reservamos.

Turno para la cebolla y el ajo, sofreímos hasta que empiece a transparentar.

Mezclamos el vino blanco con el tinto y directo a la cazuela. Dejamos a fuego fuerte para que se evapore todo el alcohol y nos quede una rica salsita de cebolla.

Dejamos en espera un momento, bajando al mínimo la intensidad del fuego.

Con los restos de las cabezas de las gambas vamos a enriquecer el caldo de pollo preparado. Para ello solo tenemos que añadirle las cabezas y triturarlo todo junto.
Lo pasamos a otro recipiente a través de un colador de malla fina a fin de evitar así, los posibles restos de cáscaras.

Nos volvemos a la cazuela. Subimos la intensidad del fuego, dejamos que empiece a chisporrotear de nuevo y agregamos los trozos de pollo reservados juntos con los jugos soltados.

Damos un buen meneíto para que queden bien impregnados de salsa y vertemos el caldo de gamba preparado. Unas vueltecitas, dejamos que rompa a hervir y tapamos.

Dejamos que se cocine a fuego lento y hasta que el tenedor no ofrezca resistencia a la carne (unos 40 minutos en mi caso)

Como mi pollo es grandote voy a añadirle un poco más de caldo para evitar que se reseque y porqué hay que mojar pan en la salsita.

Colocamos las gambas (y las colas) en la cazuela, tapamos de nuevo y en 5 minutos ya podremos zampárnoslo.

Para chuparse los dedos. No tiene desperdicio. Un delicioso plato de mar i muntanya.