En este caso he hecho dos tipos de nachos, con especias distintas. Primero he puesto una cucharada de aceite en el mortero y he añadido pimentón, comino y un poco de sal, y he mezclado todo bien.

Después, con ayuda de un pincel, lo he esparcido bien por una cara de una de las tortillas hasta que quede bien impregnada. Ahora le he puesto otra encima y las fricciono durante un tiempo para que las dos tortillas queden bien impregnadas.

A continuación pongo en el mortero otra cucharada de aceite pero esta vez le añado ajo en polvo, orégano y sal. Repito la operación de antes.

Precalentamos el horno a 200º y metemos las tortillas en una bandeja de horno con papel para que no se peguen. En unos 10-15 minutos veremos que están tostadas y crujientes. Tenemos que tener cuidado de que no se nos quemen, así que es mejor prestarles atención.

Ya solo queda cortarlas en forma de triangulo para que parezcan nachos. Yo suelo hacerlo con un cuchillo grande porque se me rompen menos. ¡Que las disfrutéis!