Como el pan rallado ahumado no existe y tampoco es una cosa que los libaneses utilicen, yo he querido darle mi toques personal. he cogido una barrita de par que tenía del día anterior y la he tostado en el horno hasta que cogiera ese color tostado fuerte pero sin que llegara a quemarse demasiado. Después la dejé en el horno ya apagando hasta el día siguiente para que se secara del todo. Seguidamente lo ralle y separe las seis cucharadas soperas y el resto lo guarde en un frasco.

En la siguiente foto, podéis observar todos los ingredientes de la receta.
En primer lugar, ponemos una parrilla en el fuego más grande de nuestra cocina, colocamos los cuatro pimientos, bajamos el fuego y dejamos que se vayan asando.
Si tienes vitrocerámica y no tienes este tipo de fogones, los asaremos en el horno sin aceite hasta que se carbónice la piel pero no la pulpa.
A continuación, ponemos una sartén en el fuego sin nada y dejamos que coja bastante calor.

Una vez que haya alcanzado una alta temperatura, bajamos el fuego al mínimo y añadimos las nueces, el sésamo y el diente de ajo.
Seguidamente, le damos la vuelta a los pimientos por el otro lado.
A continuación, cogemos una lengua y removemos las nueces y el sésamo para que no se nos quemen y lo hacemos durante un par de minutos sin dejar de remover.

Mientras tanto, le damos la vuelta a los pimientos por el otro lado que veamos que está sin asar y así lo iremos haciendo sobre la marcha mientras estamos preparando la receta.
Pasados el par de minutos, retiramos las nueces, el sésamo y dejamos enfriar en un plato.
El diente de ajo lo vamos a dejar otros dos minutos tostandose en la sartén hasta que quede muy blando. Este método lo he hecho para que el sabor del ajo nos aporte más que un toque a tostado y dulzón y no en crudo.

A continuación, le damos la vuelta a los pimientos por el otro lado y dejamos que se sigan asando.
Seguidamente, retiramos el diente de ajo y lo dejamos enfriar con las nueces y el sésamo.
Una vez que tengamos las pieles de los pimientos completamente chamuscadas, los retiramos y dejamos tibiar unos minutos.

Pasados un par de minutos, cogemos los pimientos y los lavamos bajo el grifo con mucho cuidado de no reventarlos, porque vamos a necesitar los jugos del interior de los pimientos y los dejamos en un bol.
A continuación, cogemos un pimiento, nos lo ponemos en la palma de la mano, lo abrimos por la parte de arriba encima de un bol para que caigan los jugos y le quitamos todas las semillas.
Una vez que le hayamos quitado todas las semillas como se puede observar en la foto correspondiente.

Los cortamos en cuatro y los ponemos en la tabla de cortar. Bajo ninguna concepto los debemos de lavar con agua para que no pierdan el sabor a ahumado.
A continuación, ponemos un colador encima de una tacita y colamos los jugos de los pimientos que nos quedó en el bol y reservamos.

A continuación, cogemos una picadora, añadimos el sésamo tostado y las nueces tostadas.
Lo picamos bien hasta que queden como un arenilla y reservamos en plato.

A continuación, picamos lo más fino posible los pimientos y el diente de ajo tostado.
En la misma picadora donde picamos las nueces y el sésamo.
Ponemos los pimientos y picamos bien hasta que queden completamente triturados.

A continuación, lo pasamos a un bol limpio y seco.
Seguidamente, le exprimimos el zumo de limón.
A continuación, le añadimos la mitad de los jugos de los pimientos. No nos interesa que quede empapado porque la misión del pan rallado, es absorber todos los líquidos y contra menos líquidos tenga, menos pan rallado le vamos a poner.

Seguidamente, le añadimos el pimentón dulce, el cominos molido y la pimienta negra granulada.
A continuación, le añadimos el aceite de oliva virgen extra. Ellos les ponen para esta cantidad, unos 100 ml de aceite pero yo le añadido solo 70 ml y al final le podemos añadir un poco por encima si fuese necesario.
Seguidamente, le añadimos el pan rallado ahumado. El pan rallado es para que absorba todos los jugos de los ingredientes húmedos.

A continuación, le añadimos sal al gusto.
Seguidamente, cogemos una cuchara y mezclamos bien durante un buen rato.
A continuación, cogemos y le añadimos la mezcla de nueces y sésamo y las cuatro cucharadas soperas de bibs erromman.

Seguidamente, volvemos a mezclar de nuevo para que se integren todos los ingredientes y al mismo tiempo comprobamos si nos ha quedado muy húmedo.
Se nos ha quedado humido, le añadimos más pan rallado hasta que consigamos la textura de un paté pero un poco más suelto.
Seguidamente, volvemos a mezclar de nuevo y rectificamos de lo que veamos que le falte, como limón, sal o aceite de oliva.

Una vez que lo tengamos listo, dejamos reposar unos diez minutos en el frigorífico o a temperatura ambiente, según lo queramos tomar.
Por último, emplatamos como más nos guste y le añadimos unos granitos de sésamo tostado por encima y listo para disfrutar.