Poner las nueces de macadamia en remojo la noche anterior. Al dejarlas en remojo, mínimo 4 horas, se mejora su digestabilidad y nuestro organismo podrá absorber todos sus nutrientes, beneficiosos para nuestra salud.

Precalentar el horno a 160°. Comenzar preparando las bases de las tartaletas. En un recipiente apto, fundir en el horno, que se estará precalentando, 2 cucharadas de aceite de coco. Picar o triturar los dátiles deshuesados, claro 😉

Mezclar en un recipiente amplio, tipo ensaladera, las almendras trituradas, los dátiles, 1 cucharada de copos de psyllium, las 2 cucharadas de aceite de coco fundido y suficiente agua de coco hasta que la mezcla forme una pasta gruesa y se aglutine.

Untar los moldes donde vayamos a hacer las tartaletas con aceite de coco y distribuir la mezcla de almendras presionando con una cucharita firmemente sobre la base y los laterales. Introducir al horno precalentado a 160° entre 30-40 minutos, hasta que las tartaletas estén doradas. Dejar enfriar y desmoldar.

Preparar la crema pastelera. Rallar la piel de la naranja. Fundir de nuevo en el horno, aprovechando que está caliente, 75 gr. de aceite de coco. Escurrir las nueces de macadamia y triturarlas.

En un recipiente amplio, tipo ensaladera, mezclar todos los ingredientes, las nueces de macadamia trituradas, el sirope de ágave, 100 ml. de agua de coco, 1 o 2 cucharaditas de la piel de naranja rallada, 1 cucharadita de la pasta de vainilla o aroma de vainilla o una pizca de vainilla y el aceite de coco fundido. Le di otra vuelta con la batidora.

Servir las tartaletas rellenas de fruta y decorar con las flores comestibles. Utilicé las flores de violeta o pensamiento que dejo secar para hacer infusiones.