En una olla ponemos la leche junto con el dulce de leche a fuego medio, hasta que el dulce de leche se disuelva y la mezcla quede caliente pero sin hervir.

Pasamos la mezcla del paso anterior a un vaso y reservamos un momento.

En un bowl grande, formar un volcán con la harina, y alrededor poner la levadura.

En el centro, añadimos el aceite, el huevo, la esencia de vainilla y la pizca de sal.

Mezclamos todo bien y de a poco comenzamos a añadir la leche que habíamos reservado. Esta aún debe estar calentita pero no quemar. Unimos todo con una cuchara y cuando no podamos seguir revolviendo, metemos la mano para unir.

Pasamos al mesón con un poquito de harina y amasamos 10 min aprox, hasta que la masa comience a sonar como si soltara aire.

Formamos una bola con la masa y la dejamos reposar, dentro del mismo recipiente, 50 minutos en un lugar tibio tapada con un paño húmedo. (Yo la dejo dentro del horno apagado y cerrado).

Pasado el tiempo, la masa debería estar con mayor volumen.

Pasamos la masa al mesón y amasamos 1-2 min quitándole el aire. Luego formamos bollos de 1 puño de porción aprox y los ponemos en la lata del horno con un poco de harina. Dejamos reposar 50 min más tapados con un paño húmedo. (Nuevamente dentro del horno apagado)

Mientras dejamos leudar preparamos el barniz. En una olla pequeña poner el agua junto con la maicena y el azúcar, cocinamos a fuego alto hasta que hierva y esté transparente. Sacar del fuego y reservar.

Pasado los 50 minutos sacamos la lata del horno y lo encendemos a 180°C. Mientras, pincelamos los panes con la mezcla anterior, esto les dará un color brillante y una corteza dulce. Y ahora sí ! llevarlos a cocinar por 40 minutos aprox (calor por arriba y por abajo), hasta que los veas doraditos.

Los sacamos y dejamos enfriar! Aplicamos un poco más del barniz para aumentar el brillo.

Listoooo! La espera vale la pena!!