En una olla vertemos una buena porción de aceite, primero los ajos blancos y antes que cojan color echamos la cebolla, removemos, a continuación el jengibre. Un poco de sal y tapamos, bajamos el fuego. Cuando todo esté pochadito, agregamos la zanahoria y el ajo negro. Dejamos hacer unos 3 minutos a fuego lento.

Shimejil que ya tenemos cortado, también a la olla, salpimentamos y un buen chorreón de vino blanco. Una vez evaporado el vino, iremos a buscar el arroz que deberá estar bien escurrido.

Incorporamos el arroz a la olla, removemos bien y llega el momento de incorporar la cúrcuma. A mí me gusta usar caldo casero, es más enriquecedor que el agua. Otro líquido que suelo usar, es el agua de la vaporea, pues cuando cuezo las verduras lo guardo en un tupper que tengo en el congelador, así siempre tengo líquidos enriquecidos a mano.

Vertemos el caldo, eso sí, siempre caliente para no cortar la cocción. El tiempo del arroz, es siempre un dilema. Así que iremos incorporando el caldo que vaya haciendo falta. Rectificamos de sal y a esperar que el arroz coja el punto deseado.

Una vez el arroz este en su punto, retiramos del fuego y tapamos. Unos minutillos de reposo y listo.
Buen provecho.