En un cazo, cocinamos la 1/2 taza de quinoa a fuego fuerte durante 15 minutos, escurrimos y reservamos. En otro cazo, hervimos agua y cocemos la calabaza y el boniato, escurrimos y reservamos. Estos dos pasos los podemos hacer por la mañana o la noche anterior, así cuando vayamos a utilizar estos ingredientes ya estarán fríos. Con la ayuda de un tenedor, aplastamos la calabaza y el boniato, en el vaso de la batidora añadiremos: los huevos, los dátiles, la leche de coco...

El puré de boniato y el puré de calabaza, la panela y las gotitas de esencia de vainilla, batimos al máximo hasta que quede una mezcla cremosa.

Volcamos la mezcla en un bol más grande y ñadimos la harina y lo copos de avena, batimos con las varillas, cuando esté todo bien integrado añadimos la quinoa y volvemos a batir con las varillas. Echamos la sal y el bicarbonato y volvemos a remover por última vez toda la mezcla batiendo con las varillas.

Ahora tendremos una masa bastante espesa, la dejamos reposar 10 minutos. Mientras preparamos la bandeja del horno con papel y pre-calentamos a 180° durante 10 minutos. Con la ayuda de una cuchara, cogeremos pequeñas porciones de mezcla y las iremos colocando sobre el papel, (haciendo pequeñas montañitas) podemos dejar la masa tal cual cae o podemos aplanarlas con la cuchara para que queden más finas y más anchas. Metemos al horno durante 30 minutos calor arriba y abajo.

Si las hacéis pequeñitas en una tanda i tanda y media las tendréis todas. Yo las hice más anchitas y lo hice en 3 tandas.

Ya que me salieron 3 bandejas, aproveché para hacer cada una con un topping diferente. He utilizado coco en la primera, almendras en la segunda y nueces en la última.

En total salieron 27 piezas.... aún así.... duraron 3 días.🤨 Las podéis tomar mojadas en café, leche, ColaCao...etc... pero solas también están muy muy ricas, allá iba y allá venía, cada vez que pasaba por la cocina, una caía 🤭🍪 #BuenProvexcho 😋